No es más que un baúl. Es la voz de la niña que gota a gota se evapora en la experiencia; son los hilos que me mueven; es la página que van lo años y los ojos escribiendo; son las lágrimas guardadas y alguna caricia contenida; es el color del maquillaje de mi madre que decía en el espejo como se sentía verse grande; son amores tiernos perdidos en el tiempo; es el instante que anhelo coserme en la piel, que atraviesa carne y hueso; son retazos de los rostros que se quedaron perdidos y esperando en el tiempo a que alguien los soñara; algunos versos rotos que jamás quise mostrar.
Son esos los recuerdos que huelen a los viejos libros de mi padre.
Insisto: No es más que un baúl.
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