"EL CORRIDO DEL GUANCHE Y EL CONQUISTADOR"

Parte I: "LA OFERTA"

Arderán tus pasos y se quebrará tu cuerpo; existe un poder superior al que jamás has podido imaginar. Te amarraré cuerpo y alma, y será mía tu voz. Por ventura, acaso podrías pensar en callar para siempre. No tiene importancia. Si callas, te quedarás sin lengua y palabra.
No hay valor en los nombres que adoras. Ya olvida a tu ser de los cielos. De ahora en adelante, entiéndelo, el único y grande es mi Dios. Bestia de barro ¡ríndete! Mis armas son culto de fe. No querrás conocer a mi más fiel siervo. Su nombre es “arcabuz”.
Decide de una buena vez, salvaje vestido de piel. Entrega tus tierras. Doblégate o muere. Es tu tierra o tu sangre. Es lo mejor para ti ¡conservarás la vida! Tendrás el honor de servir a un verdadero rey. No a un bufón que se proclama a sí mismo amo y señor y se hace llamar “Mencey”.

Parte II: "EL ORGULLO EN LA SANGRE"

Me han de tragar los abismos y mis huesos arderán. Encontraré descanso entre los antiguos que hace tanto duermen en el mar. Pero mi espíritu seguirá intacto y libre. El de mi pueblo igual. Tendrás guerra, extraño, si para eso has osado pisar mi tierra. ¡Achamán, protégeme! Pueblo valiente, ten fuerza y ármate. Frente a estas varas que escupen fuego no tenemos nada igual. Pero combatiremos con nuestras manos, fuerza y sudor. Lo único que nos puede ayudar es la piedra, que destroza cráneos y desgarra la carne. Prefiero encontrar la muerte en los fuegos de Guayota o arrancarme yo mismo la vida antes que probar los tormentos de estos demonios. Nunca han de ver mis ojos otro sol que no sea el de Magec. Tampoco plantarán mis dedos otra tierra que no sea esta. Yo soy el hijo del volcán y de sus lavas: serán ellas las que cubran por siempre mis restos. Soy barro, soy sangre y azufre, soy fuego, soy piedra…
...¡SOY GUANCHE!