lunes, 5 de julio de 2010

-/-Estrellas Sublimes-/-

Hace unas cuantas centurias, decía un muy puntual filósofo alemán que lo sublime es lo que revela una facultad del espíritu que va más allá de toda medida de los sentidos.
Es sublime aquello que logra demoler todo pilar de razón y entendimiento, trascendiendo más allá del espíritu hasta asir el alma, tomarla fuertemente y arrancarla del cuerpo para llevarla a volar a través de las nebulosas. Perderse entre las constelaciones y sentir el vértigo al caer nuevamente sobre las nubes. Sentarse allí, a observar la lluvia de estrellas que baña de luz el rocío que nace de los ojos.  No hay que dar muchas vueltas para llegar a la conclusión de que es sublime la sensación de ser tan insignificante frente a los astros luminosos. Es una sensación cercana a estar a punto de morir. Y para morir feliz, no hay momento más sublime que contemplar con nitidez el más hermoso de los cielos junto al cielo que ilumina eternamente el corazón.

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