viernes, 24 de septiembre de 2010

-/-En la Tormenta-/-

Veo el cosmos parpadeando en tu sonrisa, rezándole a las deidades ocultas en las profundidades de tus cejas. Y en vista de la perdida de unas cuantas de mis plumas, he notado que no sonríes como antes.
Quizás ese temblor en las comisuras de los labios no sea más que la húmeda revolución de tu lengua husmeando en la privacidad de los dientes.
Tampoco a mí me llueven flores como antes.
Probablemente ese movimiento de nariz sirva para contener las lágrimas que quieren parir los ojos. Hay quiebre de voluntades y de voces.
 Cómo te iba diciendo: Ya tú no sonríes y tampoco a mí me llueven flores como antes.

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