Ay de mí, que se han quedado mis noches sin color
Para pintarte a ti la oscuridad en el alma;
Para pintarme a mí aquella oración que nos protegió
Mientras nos amábamos ocultos en el crepúsculo.
Ay de ti, que me cobijaste con tu sonrisa
Te vestiste con besos míos y una armadura
Para protegerme de puñales y maledicencias;
Que mataste a los dragones que calcinaban mis entrañas.
“Oscuridad, patrona de ladrones, amantes y juerguistas
Ruega por nosotros”
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